tomás segovia
Publicado en La palabra que sana. el 27 de Enero, 2008, 2:21 por elarbolrojo
MODESTO DESAHOGO por Tomás Segovia Estoy más triste que un zapato ahogado estoy más triste que el polvo bajo los petates estoy más triste que el sudor de los enfermos estoy triste como un niño de visita como una puta desmaquillada como el primer autobús al alba como los calzoncillos de los notarios triste triste triste de sonreír como un bobo desde los rincones de ver tallar las cartas en redondo saltándome siempre a mí de todo lo que se dicen y se dan y se mordisquean en mis narices estoy harto de quedarme con el saludo en la boca de salir bien dibujado entre la muchedumbre para que me borre siempre el estropajo de su roce de no estar nunca en foco para ningunos ojos de tener tan desdentada la mirada de navegar tras la línea del horizonte con mis banderitas cómicamente izadas no puedo más de no ser nunca nadie de que no me dejen jamás probarme otra careta que la de ninguno de no irrumpir de no alterar el oleaje de no curvar jamás un tren de ondas de no desviar a mis corrales la palabra suelta de que nunca me caiga a mí la lotería de un vuelco visceral De no poblar ni el más vago sueño ocioso De saber que ningún mal pensamiento tendrá ya más mi rostro. Estoy hasta aquí de la avaricia de los privilegiados de que quieran para ellos solos toda la juventud todos los influjos en las cosas del mundo todo el favoritismo de la puta alegría toda la iniciativa de renuevo y capricho de que se apropien sin escrúpulos la plusvalía de calor y encuentros todo el capital de risa y de coloquio que repartido con justicia alcanzaría de sobra para alimentarnos a todos a todos los hambrientos de carne de comunión y sedientos de vino de comunión a todos los que están tristes como faldones arrugados que les cuelgan a los otros en fin estoy jibosamente desolado de haber envejecido sin seguro de vida sin seguro de nombre sin cavar mi guarida en el espeso ahorro de no haber cobrado el billete cuando la vida se asomaba a mirarme de haber tirado siempre deudas al cesto sin mirarlas y lo que quiero decir es que estoy a fin de cuentas terriblemente triste de que no me hayáis perdonado. |